Ya tienes los billetes sacados, encuentras el alojamiento turístico en Cangas perfecto y la maleta está casi lista. Pero, ¿qué planes tienes para esa escapada por Pontevedra? ¡Nosotros te damos algunas ideas!
¿Por qué visitar nuestros frondosos bosques?
Visitar la provincia de Pontevedra tiene como condición obligatoria conocer y recorrer alguno de sus frondosos bosques, repletos de árboles autóctonos centenarios.
No solo se trata de un plan ideal para hacer un poco de ejercicio y respirar aire limpio y fresco, sino que es la oportunidad perfecta para desconectar de la rutina diaria y conocer un poco más la amplísima variedad vegetal y animal que puebla nuestra tierra.
¿Qué bosques visitar?
Uno de los bosques autóctonos más reconocidos de la provincia es la Fraga de Catasós, en Lalín. Se trata de una amplia extensión de carballos y castaños de hasta 30 metros de altura, considerados los más altos de Europa. Además, salpicados por toda la fraga podrás encontrar iglesias, molinos y cruceiros.
Si cuentas con un alojamiento turístico en Cangas, entonces puedes quedarte en la península de O Morrazo y visitar el espacio natural de Cotorredondo-Castiñeiras. Se trata de un paraje con un pequeño lago artificial donde tierra y agua conviven con castaños y otras especies autóctonas. Es un lugar idóneo para hacer una excursión en familia y disfrutar de un delicioso picnic a la sombra de los árboles.
Además, desde el cercano mirador de Cotorredondo podrás contemplar unas espectaculares vistas a las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa. Pocos lugares ofrecen una panorámica tan magnífica.
Y un poco más al sur, en Tui, con una cumbre de 700 metros de altitud, se extiende la sierra de O Galiñeiro. Esta cadena montañosa pertenece al Parque Natural del Monte Aloia y ofrece unas extraordinarias vistas al río Miño.
Aunque cualquiera de estos destinos alcanzan su mayor esplendor en otoño, cuando las hojas adquieren esas tonalidades ocres, cualquier época del año es perfecta para descubrir estos bosques. Solo tienes que disponer de ropa cómoda, una mochila con agua y un tentempié y una casa completa en Pontevedra en la que tomar un merecido descanso a tu vuelta. ¿Te apuntas a esta aventura?
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